En esta ocasión le toca el turno a la cascada de Arrobatuquilla. Una auténtica delicia escondida entre los barrancos de Las Hurdes.
En uno de sus artículos decía Galen Rowell que a partir de cierta altitud su porcetaje de buenas fotos era menor, explicando que esto se debía a la falta de oxígeno.
No se si será verdad, pero en está sesión fotografica llevaba encima dos sesiones fotográficas nocturnas, más otras tantas visitando cascadas, no durmiendo más de cinco horas en todo el fin de semana. Y lo cierto es que cuando te pones a hacer fotos si no estás descansado no ves las cosas igual.
En fin, que la primera docena de fotos que realicé han ido a parar directamente a la papelera. Luego una vez en faena parece que el cerebro despertó un poco y pudimos arrancar unas pequeñas pinceladas de la belleza que albergaba este lugar.
Esa primera foto me encanta, he tenido que volver a fotonatura, pues creí haberla visto… bueno, era similar de Luis Nieto.
Celebro que te quedara ese aliento para tomar estas fotos, lo dicho, la primera por composición y sobretodo por luz me trae loco 😉
Zorionak!
Son unas fotos fantásticas y un lugar lleno de magia que has sabido captar muy bien.
Felicidades!
jajaja Eso de que tiraste muchas fotos a la papelera porque no iba descansado es tu excusa porque viendo estas fotos nadie lo diría. Yo las tendría que tirar igualmente a la papelera yendo descansado seguro!
Menuda serie de esta cascada nos muestras, la primera es espectacular pues parece incluso que los matices de luz están dispuestos en el sitio idóneo para la toma.
Salu2 😉