Texto perteneciente a la sección «Susurros de la naturaleza» de la revista LNH
Cuando vas a componer un paisaje, puedes estudiar cómo distribuir los elementos, cómo buscar caminos visuales que ayuden a que nuestra imagen tenga profundidad y ritmo. Muchas veces trabajas con estos elementos antes de que llegue el momento de luz adecuado.
Pero hay ocasiones en las que ese momento de luz hace que todo cambie. Lo que se está desarrollando ante ti tiene tal dimensión que no puedes dejarlo de lado.
Entonces empieza un baile entre cámara, trípode y mente por hacer que todas las piezas encajen de la mejor manera posible: combinando ideas, líneas y formas de objetos fijos con otros fugaces que apenas duran unos instantes. Una lucha contra los elementos y contra ti mismo que cuando lo consigues, realmente, entras en éxtasis.
Espero que algún día sabré ver todo eso que tu sabes ver también , y poder hacer imágenes tan hermosas como las tuya,.
Gracias Julia. Pero ya sueles mostrarnos imágenes bien bonitas.
Un besote.
Muy bien explicado.
100% de acuerdo, Javier.
Hola David.
Sin duda todos nos hemos enfrentado a ese «baile», jeje
Que maravilla de fotografía!!!!! Enhorabuena.Un saludo