El cañón de Añisclo no tiene la magestuosidad de Pineta u Ordesa, pero impresiona igualmente por lo angosto y salvaje que resulta.
De la mano de Chabier nuestro objetivo eran una serie de cascadas entre selva plana y la ripareta, pero antes se hizo obligatorio una parada en esta haya tan singular.
Una vez en nuestro destino descubrimos una serie de saltos de gran belleza pero de cierta dificultad fotografica, ya que el acceso era algo peligrosillo.
Entre la caminata, las cascadas y el bocata también nos encontramos otras cosas de interés en el camino.
En la parte más alta de nuestro itinerario el otoño apenas dejó verse, mostrandonos el bosque casi desnudo. Esto hace idea del desnivel que había respecto a la parte inferior del valle, donde los árboles nos mostraban cosas como esta. Bueno, hasta aquí el periplo otoñal por Pirineos de este año. Lo cierto es que también pasé por Ordesa e Irati, pero el anticiclón y el viento sur habían barrido cualquier resto de otoño.
En la parte más alta de nuestro itinerario el otoño apenas dejó verse, mostrandonos el bosque casi desnudo. Esto hace idea del desnivel que había respecto a la parte inferior del valle, donde los árboles nos mostraban cosas como esta. Bueno, hasta aquí el periplo otoñal por Pirineos de este año. Lo cierto es que también pasé por Ordesa e Irati, pero el anticiclón y el viento sur habían barrido cualquier resto de otoño.
Muy buenos encuadres, Javier. La de las setas la encuentro exquisita.
Lástima que en Ordesa e Irati las condiciones no fueran propicias (me he quedado con ganas de verlas 😉 )
Por aquí estaré, saludos.