Degradación por contaminación
Euskadi es una de las comunidades autónomas más contaminadas y donde se concentran
actualmente más focos de poluciónCI. Es el principal territorio en cuanto a la
producción y transformación de metales, con el 33% de las fábricas en su territorio y
la primera en industrias papeleras (26%). Posee el 12% de las plantas de industria
química más contaminantes, las cuales emplean emisarios submarinos para verter al mar sus
residuos líquidos. Además, en Bilbao se encuentra la segunda refinería más grande del Estado,
con una producción de 11 millones de toneladas de hidrocarburos al año. El transporte marítimo
que circula por las costas vascas también supone una fuente de contaminantes tanto por
accidentes como por descargas intencionadas.
En el Segundo Informe de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el
MundoCII se detallan y valoran las principales presiones, impactos y riesgos que reciben las
aguas costeras y de transición en Euskadi. En el mismo se hace una valoración global muy
precisa de la situación actual: “las masas de agua de transición y costeras presentan un elevado
número de presiones, debido a la demografía, la presencia de importante industria y el
desarrollo portuario. Uno de los problemas más importantes ha sido la pérdida de superficie
intermareal de la masa de agua de transición. La introducción de nutrientes y la canalización,
son las presiones que siguen en importancia. También es reseñable la contaminación, tanto
de aguas como de sedimentos (se pueden añadir los amarres como fuente de contaminantes).
Globalmente, pues, hay dos grandes presiones: los vertidos contaminantes, urbanos e
industriales, y la alteración morfológica (canalización y pérdida intermareal).”
Los estuarios y costas de Euskadi han sufrido vertidos históricos procedentes de su amplio tejido
industrial. En la actualidad la situación está lejos de haberse solucionado y el litoral vasco
sigue soportando este problema, que está provocando graves efectos sobre la calidad de las
aguas y los sedimentos. Los contaminantes, como metales pesados y compuestos orgánicos,
entran al medio acuático a través de formas disueltas y particuladas debido a los vertidos directos, urbanos e industriales, que se realizan en los ríos, estuarios y costas. El análisis de la Red
de Calidad de Aguas vasca, tanto en aguas, como en sedimentos y biomonitores (moluscos),
determina que las masas de agua más contaminadas son las del Nervión, Oiartzun y DebaCIII y
las zonas costeras de influencia de las mismas.
Otro efecto muy negativo de la contaminación procedente de los vertidos industriales y urbanos
se produce sobre la biota de la costa vasca, donde se incluyen los peces y moluscos que son
posteriormente vendidos en los mercados. Los informes elaborados por el Convenio OSPAR
en el Atlántico nordeste detectan en estas especies niveles muy elevados de mercurio, fundamentalmente
en el entorno de la ría de Bilbao. También ponen en evidencia la presencia de PAHs43, así
como las concentraciones más altas de las zonas analizadas de PCBs44 en mejillones azules de toda la costa vasca.
El entorno del Nervión: la costera de la contaminación
Sin duda se trata del punto de la costa vasca donde los vertidos industriales y urbanos han provocado mayor impacto relacionado con la contaminación. En la parte alta de la cuenca del Nervión aún quedan algunos núcleos urbanos, que cuentan con una importante presencia industrial que carece de plantas depuradoras (Amurrio, Laudio y Orduña, entre los más significativos). El cauce del Nervión y sus afluentes sirven para llevar las elevadas cargas contaminantes de las zonas interiores hasta el mar. A esto se une la importante aglomeración urbana e industrial situada en el entorno de Bilbao que agrava aún más el problema.
Los trabajos realizados para la Directiva Marco del Agua ya señalaban que este área iba a tener graves problemas para alcanzar los objetivos fijados por esta normativaCV. El elevado desarrollo industrial con plantas químicas, siderúrgicas o energéticas, entre otras, produce vertidos permanentes en el estuario hasta un total de 19 identificados, con un volumen de vertido de 24,9 millones de metros cúbicos al añoCVI. Esto genera la contaminación del agua y la acumulación en el estuario y zona costera de sedimentos altamente contaminados con metales pesados cromo, mercurio, cadmio, plomo, cobre y zincCVII. Por otra parte, la gran presión urbana en esta zona se ha traducido en la canalización del cauce y en importantes vertidos de la depuradora de Galindo. A éstos hay que sumar otros 33 vertidos más en el área de influencia del Nervión. El volumen total de asciende a 19,4 millones de metros cúbicos al año que terminan en el estuario y en el mar. Estos aportan grandes cantidades de nutrientes (nitrógeno y
fósforo), así como coliformes y otras bacterias fecales. Los trabajos realizados por el Convenio OSPAR destacan a la costa situada frente a Bilbao como una zona donde se detectan peces y moluscos con cantidades cada vez más elevadas de mercurioCVIII. Además, en el estuario del Barbadún, en Muskiz, está la refinería de Petronor, construida hace unos 30 años, una fuente de contaminación crónica por hidrocarburos en la zona. En el Registro Estatal de Emisión
y Fuentes Contaminantes (EPER) Petronor reconoce emisiones a la atmósfera y al mar. A pesar de que los vertidos gaseosos no se emiten directamente al agua, buena parte de ellos terminan precipitando en las proximidades de la planta, tanto en tierra como en el mar, transportados por los vientos. Cabe destacar, en los últimos cinco años, las decenas de millones de toneladas de CO2, CO, COVs45, SO2, NO2 y metano emitidas al aire, además de verter al agua arsénico y más de cuatro toneladas anuales de metales pesados como plomo, níquel, zinc y cobre, elementos todos ellos que no se degradan en el medio ambiente y pasan fácilmente a la cadena trófica.
Un informe de 2007 realizado para el Ayuntamiento de Muskiz pone en evidencia que la refinería funciona sin licencia de actividad desde su construcción. Tampoco tiene permisos para las ampliaciones acometidas desde 1989 y carece de autorización de vertidosCIX. Esto se ha puesto en evidencia ya que esta documentación no figuraba en la solicitud de la Autorización Ambiental Integrada de Petronor46, requisito imprescindible para todas las empresas contaminantes de la Unión Europea.
A pesar de estas irregularidades, sigue adelante el proyecto de construcción de una planta de transformación de coque de petróleo altamente contaminante. La tramitación del expediente para la obtención de la autorización para esta instalación aún no se ha cerrado y está en fase de información públicaCX. La planta sería utilizada para deshacerse de los residuos de fuel y producir coque, un producto demandado por las cementeras para alimentar sus hornos. Este proyecto ha motivado la creación de una plataforma vecinal que se opone a una nueva ampliación de la refinería, ya que la planta de coque se situaría a uno 300 metros de viviendas de Muskiz.
Pasaia-Oiartzun: la bahía muerta
La bahía de Pasaia es uno de los puntos de la costa vasca donde la contaminación es más grave. La proximidad a áreas urbanas e industriales es la causante de esta situación. A pesar de que en los últimos años el Gobierno vasco está trabajando para revertir la situación hay que recordar que hasta el año 1997 el estuario del Oiartzun presentaba una contaminación extrema, con ausencia total de especiesCXI. Actualmente se siguen detectando cantidades significativas de nutrientes, contaminantes en el agua y contaminantes en sedimentos.
La desembocadura del Oiartzun es una zona urbano-industrial muy presionada. Se trata, además, de una de las cuencas de drenaje de unas antiguas e importantes explotaciones de plomo y zinc (Arditurri). La actividad industrial principal de la zona es el tratamiento y recubrimiento de superficies con metales. Este problema junto con la del histórico de minería aumenta aún más la presencia de metales en los sedimentos
y biota47 analizados. En esta zona también se localizan industrias agroalimentarias dedicadas a la
elaboración y conservación de pescado, acuicultura y granjas avícolas, algunas de las cuales aparecen identificadas en el registro EPER, así como industrias dedicadas a la fabricación de maquinaria, componentes para vehículos y tubos. Los últimos análisis del Gobierno vasco ponen en evidencia los elevados niveles de algunos compuestos químicos en las aguas, sedimentos, así como en la fauna y la flora del Oiartzun, que suponen incumplimientos
de la legislación. Los más preocupantes detectados son zinc y cadmio (en el agua); mercurio,
plomo y compuestos aromáticos (benzo(a)antraceno, benzo(a)pireno, benzo(a)perileno, fenantreno, fluoranteno, ftalato de bis 2-etilohexilo (DEHP), PCB 180 y sumatorio de PCB’s) (en los sedimentos); y arsénico, estaño, níquel, plomo, cobre, cromo, mercurio y selenio, PCB’s y EOX, (en la fauna y flora)CXIII. La presencia de todas estas sustancias contaminantes es consecuencia de los vertidos continuos y descontrolados de aguas residuales procedentes de las múltiples industrias de la zonaCXIV. Lamentablemente, hasta el año 2010 no está previsto que se termine la construcción de una red de conducciones subterráneas para llevar todas las aguas negras del entorno urbano e industrial de la bahía (Pasaia, Lezo, Errenteria y Oiartzun) hasta la depuradora de San SebastiánCXV. Uno de los puntos negros de la bahía es la central térmica que Iberdrola posee en Pasaia. Según los datos recogidos en el Registro Estatal de Emisión y Fuentes Contaminantes (EPER), que siempre son muy conservadores al ser proporcionados por las mismas empresas, la planta emite gases al aire y al agua. Entre los contaminantes más problemáticos emitidos al aire y declarados en los últimos cinco
años aparecen cientos de miles de kilos de arsénico, compuestos de níquel y partículas (PM10)48. A ello hay que sumar las decenas de millones de toneladas de CO2, SO2 y NO2 que también salen de sus instalaciones. En cuanto al vertido directo al mar, para el mismo periodo de tiempo, a los miles de metros cúbicos de aguas de refrigeración con temperatura más elevada que el medio receptor (considerado como un contaminantes más), hay que añadir 1.218 toneladas de nitrógeno, del que la bahía está más que saturada, y 1.563 kilos de compuestos de cromo, elemento altamente tóxico y peligroso para la salud y los ecosistemas.