Galen Rowell tenía una premisa que todo fotógrafo de naturaleza debería que tener en cuenta, «menos es más».
Pero es curioso como poco a poco nos vamos olvidando de ello. En nuestro afán de mejora vamos ampliando nuestro equipo, nuevas focales, un flash, un trípode más robusto, y un sin fin de cacharritos que nos permitan perfeccionar nuestras tomas lo máximo posible. Nos transformamos en una especie de estudio sobre patas.
El problema viene con el peso, atados por toda esta paraferalia vamos reduciendo nuestros recorridos, nuestras escapadas cada vez se acercan más a donde podemos acercar el coche y esto hace que nuestro contacto con el entorno se haga más fugaz y superficial.
Así que a modo de rebautismo el otro día Arkaitz y yo decidimos salir a disfrutar del entorno sin equipo, sin cámaras ni peso para disfrutar de todo lo que la naturaleza nos puede ofrecer. Lo cierto es que ninguno de los dos se pudo resistir y una compacta se coló en nuestra mochila.
En fin aquí os dejo esta foto de turista a los pies de la cruz del Gorbea.
Que difcil es salir sin ella, cuando dejas el equipo, esa pequeña comacta parece que te viste y vas más tranquilo, aunque con lo de cargar equipo tienes toda la razón, llega un momento que pareces un estudio ambulante.
Un saludo querido amigo