Sol y nieve

Cuando llega el invierno siempre me pasa lo mismo, estoy ansioso de que empiece a nevar. El problema es que por estos lares las nevadas son frentes cortitos y la nieve no suele aguantar mucho.

Así que después de un invierno suavecito parece que ahora llega lo bueno.
Con las pilas cargadas salí a capturar un poco de la nieve. En mi mente tenía la idea de madurar una serie de fotografías de otros años, con cielo plomizo y muy poquitos elementos, pero las nubes decidieron desaparecer y el sol se hizo protagonista de todo.

Lo bueno que trae esto es las texturas que este sol de invierno es capaz de sacar de la nieve virgen, y si encima encuentras las huellas de algún animalillo puedes pasar un buen rato.

Hacer fotografía un día despejado dentro de un bosque no suele ser muy vistoso, pero gracias a la nieve y jugando con los contraluces se pueden obtener buenos resultados.

Estas tomas están realizadas en el hayedo de Eguiriñao, quizá el de mayor altitud de la zona del Gorbea. Lo cruza una de las rutas más transitadas para subir al Gorbea, por lo que su suelo está muy machacado, por suerte con la alfombra blanca todo eso desaparece.

Saliéndose de la ruta nos dirigimos a la pared del Aldamin, un imponente roque eclipsado por su vecino más famoso. Impresiona ver sus paredes totalmente heladas. En esta zona pequeñas hayas sobreviven en condiciones extremas, condicionando su forma y crecimiento al azote de los elementos.
Ya veis, el sol que parecía un enemigo al principio de la sesión se transformó en claro protagonista de la jornada.
Como alguien dijo una vez. «Si tienes limones, haz limonada.»