Escalando hacia la luz

Nunca había estado en el Torcal de Antequera. Se trata de un fantástico laberinto de rocas que invita al fotógrafo a sumergirse dentro de él. Con la excusa del último congreso de Aefona que se celebraba en Antequera un grupo de fotógrafos y amigos nos acercamos a verlo e intentar fotografiar algo interesante. Mi primera impresión fue que no es el típico sitio al que llegar y empezar a disparar. Más allá de un par de piedras emblemáticas requiere tiempo para descubrir tus propias imágenes.

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Cuando llegamos el lugar estaba envuelto en una densa niebla y cada uno nos fuimos desperdigando buscando nuestros rinconcitos.Miguel Rubio y yo nos estábamos enfrentando a la forma de una curiosa pared de rocas cuando la niebla empezó a abrirse justo en el momento del atardecer. El cielo empezó a teñirse y teníamos un serio problema. Todo el espectáculo de luz prometía mostrarse justo detrás de la pared.

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Sólo quedaba una solución. Reptar y subir entre las rocas con el cuidado suficiente para no averiarse pero con la prisa de no perdernos el momento. Sin apenas tiempo para pensar y con un despliegue de color frente a tus ojos casi fotografías por instinto.

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Una vez pasado el «momento» nos reunimos de nuevo todo el grupo y cada uno fuimos contando lo que habíamos vivido. Sin duda fue curioso como el «laberinto» del Torcal nos había puesto a prueba a cada uno de maneras diferentes. Me quedo con una reflexión de Fran Rubia, «En ocasiones te encuentras con paisajes asombrosos pero falta el momento de luz. Otras veces es al revés, te encuentras ante un espectáculo de color pero el sitio no da para más. Lo más frustrante es cuando te encuentras en un sitio con potencial, se da el momento de luz y tú no estás en el sitio adecuado».

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