En esta última entrega del fin de semana en Extremadura os muestro alguna imagen de la tarde en Los Barruecos.
Conocía este lugar del curso que impartió Jose B. Ruiz aquí el otoño pasado. Pero el panorama era totalmente distinto. En aquella ocasión estaba muy seco y ahora se encontraba a tope de agua y cubierto de flora.
Como podeis comprobar en estas imágenes el atardecer no prometía demasiado, así que fuí recorriendo la orilla captando primeros planos singulares.
Como suele pasar, según la ley de Murphy, justo cuando me encontraba en una zona sin ningún tipo de interés, la magia del atardecer hizo acto de presencia.
Un rojo intenso iluminó todas las rocas y, claro, ahí estaba yo, corriendo como un loco, cámara y trípode en mano, a alguno de los encuadres que tenía mirados.
Apenas pude hacer un par de disparos en estas condiciones. Después la luz de las rocas dejó paso a unas nubes llenas de color.
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Que deleite para la vista estas imágenes, tienes razón, como cambian las condiciones en unos momentos.
Preciosas fotos de un sitio mágico Javier. «El arte imita a la naturaleza» que diría Vostell
Magnífica la luz, sobre todo de las tres últimas. Un lugar que trasmite magia. Felicidades Javier