Aun no lo sabíamos, pero nuestro viaje estaba a punto de tomar un nuevo giro.
Justo antes de salir de viaje entró en erupción el volcán Bardarbunga. De hecho fueron varios los días en los que no sabiamos si podríamos volar. Durante esos día miramos la opción de acercarnos a ver la erupción, pero no estaba en un lugar muy accesible y la idea de tomar una avioneta se salía un poco del presupuesto inicial.
Así que nos dirigimos a nuestro siguiente destino. La lengua de glaciar de Svinafellsjokull. Un lugar para disfrutar largo y tendido. Allí estábamos con nuestras cámaras cuando se acercaron unas chicas españolas. Como suele suceder cuando estás en tierras lejanas se agradece escuchar a gente de tu tierra, así que nos pusimos a charlar. Para nuestra sorpresa estaban haciendo tiempo para coger una avioneta que se acercaba a ver desde el aire el volcán en activo.
Os podéis imaginar… el gusanillo ya no se podía evitar y decidimos darnos el largo.
La avioneta no era lo mejor para hacer fotos. Tenía las alas por debajo de las ventanillas y las dominantes de los cristales eran algo serio. Pero que más da. En apenas unas horas disfrutaría por primera vez de la visión de una aurora y de un volcán en erupción.
Aunque nuestro destino era el volcán, atravesar el inmenso glaciar ya es algo memorable. Te hace sentir pequeñito e insignificante y prefieres no pensar demasiado en que pasaría si se cayera la avioneta en medio de todo ese mar de hielo.
El viaje aunque impresionante no fue algo relajado y placentero. Sufrimos muchas turbulencias y entre eso y los giros del piloto intentando que todos pudiéramos hacer buenas fotos hizo que nuestros estómagos no lo pasaran demasiado bien, jeje.
Solo decir que los de Bilbao no conseguimos estar a la altura que se nos supone.
Aun así, cuando hay foto de por medio ya puede estar uno muriéndose que la presa no se escapa. Tocó sufrir pero sin duda mereció la pena.
Tras varios vaivenes empezamos a distinguir una enorme columna que nos puso en más tensión de la que ya llevábamos. Impresionante, mágico, único…. ¡Si, ya se que repito muchas veces estas palabras!, pero…
Según el piloto los chorros de lava que teníamos ante nuestros ojos alcanzaban los 60 metros de altura. Como para acercarte caminando por ahí.
Aun con el nudo en el estómago (en más de un sentido) nos dirigimos de regreso al aeródromo. Supongo que en el video habéis visto el material de la pista de aterrizaje.
La siguiente imagen es una buena referencia de lo que duran los atardeceres en Islandia. Aquí el sol ya estaba bajito y se dejó ver suavemente entre las nubes. Nosotros ya habíamos descartado hacer ese atardecer en cualquier otro sitio, pero nada de eso. Nos dio tiempo a aterrizar, conducir como media hora y llegar a tiempo de hacer una última sesión fotográfica.
Bueno, ya solo queda una última entrada de este viaje particular que he querido compartir con vosotros.
Espero que os esté gustando.
Hola Javier,
Maravillosa entrada, muy bien contada y con fotos sobresalientes que dan ganas de ir por esas tierras.
Saludos
Me alegro de que te gusten Jesús. Si desde luego es un lugar para visitar.
Joder!!!! Otro entradón!!!
Pena que ya solo quede uno más, aunque seguro que será merecida la espera.
Las tres últimas fotos (y de esas tres, la primera), merecieron los revolcones de estómago.
Gracias Iker. Merecieron… sin duda. Ya solo el verlo merecía la pena cualquier mal momento.
Pues me va a dar pena que se acabe. Me encanta sentarme y «tomarme» un rato tranquila para leer y contemplar esas fotografías que tanto contenido emocional tienen.
Coincido con el anterior, la foto del arco iris es impresionante!!!!
Gracias Marta. Me alegro de que disfrutes las entradas de esa manera, se parece un poco a como me planteo yo el momento de escribirlas. Me desenchufo durante un ratito e intento revivir lo que viví imaginándome al que luego puede estar al otro lado. Si consigo trasmitir la emoción que yo sentí ya se que mereció la pena.
Ciertamente cuando veo que has subido una entrada me da una alegria…que haremos cuando se terminen, buaaaah !!! 😉
Bueno Angel… seguiremos contando cosas aunque sean de un poco más cerca.
Yo quiero atadeceres de esos largos e interminables. Cada vez entiendo mas lo del paraiso para el fotografo q dicen q es islandia. En menos de 20 años voy. A ver si dejais algun sitio sin fotografiar…
Ya te digo Iñigo, yo también espero volver antes de 20 años, jeje
Que maquina!! me sorprende la calidad de las fotografías aun con los movimientos de la avioneta, y cuando digo calidad no fe refiero a la nitidez sino a la perfecta composición de los elementos que componen la fotografía. Saludos.
Gracias Jaime… y acuérdate del estomago, glups.
También hay fotos que no son muy presentables y alguna de estas tendrá ligeros recortes.