Mi visión de Islandia (y 4)

Ya en las entradas anteriores os he comentado el mal tiempo que nos hizo, sobre todo los primeros días. En ocasiones las imágenes que seleccionamos no lo muestran tal cual lo vivimos, así que he decidido empezar con esta «preciosa» toma que intente en la cascada de Gullfoss. El sitio es impresionante, la fuerza del agua, te deja sin palabras.

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Fuimos allí bien temprano, antes de que la gente llegara. Fue inútil. La fuerza del viento, la cantidad de spray que soltaba la cascada y la lluvia que nos golpeaba hacía muy incómodo trabajar.
En este video podéis haceros un poco a la idea de lo «divertido» que fue.

Aun así algo conseguimos, aunque la osadía a veces tiene un precio.

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Tras esta sesión tan loca en la que pasábamos mas rato secando la cámara y limpiando los filtros y objetivos que haciendo fotos tomamos rumbo a Lammanalaugar. Era uno de nuestros destinos más importantes dentro del viaje. Un lugar distinto donde las montañas se visten de extraños colores. Esa era nuestra idea. De camino paramos en la cascada de Hálparfoss. En esta ocasión la lluvia no se cebó con nosotros, pero el viento era tremendo.

Aquí realmente se puso a prueba la entereza del grupo. Como si de una novela de Eduardo Mendoza se tratara se juntaron una serie de sucesos dramáticos.

Según llegamos al lugar apareció un arco iris, por lo que salimos corriendo a intentar capturarlo. Yo encendí mi cámara y la respuesta fue nula. Ni amago de encenderse ni nada por el estilo. Tras incontables veces haciendo fotos en bosques bajo la lluvia y frecuentes salpicaduras de mar parecía que la sesión en Gullfoss había vencido a mi cámara.
Aunque todos nos quedamos congelados decidimos que el resto aprovechara la sesión y que después ya buscaríamos remedio. Si ya lo sé, hacer un viaje así y no llevar un equipo de repuesto es una temeridad.

Para colmo cuando terminaron la sesión y nos disponíamos a buscar remedio al desastre el todoterreno no arrancaba. Con las prisas del arco iris y el shock de la cámara nos olvidamos de desconectar el cargador de baterías.

Así que nada, a esperar a que vinieran con unas pinzas y mientras yo pensando en comprar alguna cámara a un turista o algo por el estilo.

Tras semejante «momento» nos fuimos a una gasolinera y usamos todo nuestro ingenio. La dueña de la gasolinera tenía un hijo que según ella tenía «una canon grande» así que intentamos que nos la alquilara, pero se encontraba fuera. Al final, en internet dimos con una web que decía que alquilaba equipos de video y foto. KUKL
A pesar de ser domingo nos atendieron y tenían material disponible. Así que nos pusimos en marcha. La cámara dañada la metí en arroz y de vuelta a Reykjavik.

Como comprenderéis esto cambió todos nuestros planes. Lo mejor de todo es que nadie se vino abajo y el ánimo del grupo siguió siendo bueno. Yo por dentro estaba de aquella manera, pero ante situaciones así solo queda tirar para adelante.

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Todos teníamos ganas de visitar Kirkjufell, pero al estar fuera de nuestra ruta la teníamos como «posible» para el final del viaje. El caso es que una vez ya en la capital, y viendo que las previsiones del tiempo por arriba eran mejores que de donde veníamos decidimos irnos para allá a hacer el atardecer y el amanecer del día siguiente.

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El sitio es muy bonito, aunque la zona de las cascadas tiene un par de encuadres, y no conseguía nada que no fuera repetir las mil fotos que había visto del lugar. Entre eso y configurar la cámara a mi gusto decidí buscar cosas un poco distintas.

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Al amanecer repetí en la zona del rio. Un sitio con alguna variante aunque al estar encajonado el tema de controlar las luces se hacía más complicado.

Os dejo un video que hice mientras sacaba la siguiente foto. En ella tocó usar la black card.

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Para terminar una imagen de ningún sitio en particular. Es un problema ir a Islandia. Hay tantos lugares icónicos que hacen que la vista se nos focalice en ellos. Parece que todo lo demás no tiene tanta fuerza visual, que no merecen que nos paremos a disfrutarlos.

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5 respuestas a Mi visión de Islandia (y 4)

  1. nacho yanes dijo:

    Precioso el bn, interesantisimo el ejemplo de black card, y respecto al último párrafo, tienes razón. A lo mejor hay que contar que (si el el paisaje que yo creo que es, cualquier vista desde la carretera nacional en el lado sur) ese acantilado en realidad es el salto de la plataforma continental al mar más profundo; que ha quedado emergido debido a que la isla se está pandeando hacia el norte, con lo que todo el sur de la isla se está elevando. Dicen que la foto tiene que explicarse por si sola, pero no creo que sea fácil dar esta explicación sin palabras. Muy buen trabajo.
    Nacho

  2. Que pasada de reportaje Javier, felicidades

    Un saludo

  3. SILVIA NUÑEZ FERNANDEZ dijo:

    Vaya Javier!! A mi me daria un «treco» si llego y mi camara no responde. La verdad es que supiste salir aireoso.
    Un bonito reportaje que abre mas mi apetito de Islandia.
    Ya estuve en verano ahora toca la visita en Diciembre.

    Saludos amigo. Te contare a la vuelta.

  4. Hola Javier!

    Yo hubiee cambiado el título de la entrada por Odisea en islandia! 😉
    Menos mal que os acogisteis a la filosofia de «al mal tiempo buena cara» y no me refiero al climatológico precisamente.
    ¿La cámara que te dejó de responder fue la 5D Mark II? ¿ha resucitado después del baño de arroz?

    No nos tengas en ascuas 😉

  5. Aun con tanto contra tiempo, conseguistes llenar las tarjetas con maravillas como todas las que nos presentas.
    Que pasada Javier !!