Una de las sensaciones que te queda cuando visitas Islandia es que necesita urgentemente un fontanero. En serio, es increíble la cantidad de agua que hay por todas partes. En cualquier ladera, mires donde mires hay alguna cascada o salto de agua.
Elegir entre tanta cantidad y variedad se suele hacer difícil, pero ya desde antes de iniciar el viaje había dos saltos de agua que me habían enamorado, Godafoss y este, Bruarfoss. El itinerario que decidimos hacer dejaba fuera de nuestra ruta Godafoss (había que dejar algo para el siguiente viaje), así que de momento esta es la cascada más bonita que he visto nunca.
En vivo no decepciona, y por ello le dedico una entrada solo para ella. Gocé como un enano.
Imagen tomada por Jose Fco. López
El agua estaba fresquita hasta para uno de Bilbao.
A nivel fotográfico también la disfruté muchísimo. Desde encuadres más clásicos a otros más personales. Le veía fotos por todos lados y usé tres objetivos distintos para sacarle los colores.
Esta que veis a continuación la realicé con el Sanyang 14mm. Quería potenciar lo impresionante de los remolinos que se formaban. Una sensación muy curiosa, por que según se cruzaban los remolinos a veces hacían el efecto del oleaje.
Con esos tonos tan particulares de agua no pude resistirme a usar el 70-200 para sacar detalles. El juego de color y el movimiento del agua puede llegar a hipnotizarte.
Lo mejor, además del sitio en si, que que prácticamente teníamos la cascada para nosotros solos. Nada que ver con las otras cascadas que al encontrarse junto a la carretera principal hacen muy complicado el poder disfrutar del sitio en todo su esplendor.
Mientras estábamos allí solo nos encontramos con un inquieto fotógrafo Australiano que no se si llegó a disfrutar del sitio donde se encontraba.
Nada más llegar se puso junto a nosotros (después de preguntarnos si molestaba, muy educado). Pero no parecía encontrar lo que buscaba. De la misma sacó el móvil y se puso a mirar una foto del sitio (una foto que me sonaba de 500px). Intentó ir ajustando su trípode, pero se ve que no era el sitio. Se fue moviendo en varios lugares, siempre con el móvil en mano. Supongo que al final lograría su propósito.
A partir de ese momento fue curioso ver como cada vez que uno de nosotros se ponía en un sitio, según lo dejaba, allí se ponía él. De hecho me puse en un sitio donde claramente no había foto, pero se ve que eso le daba igual, jeje.
Durante el resto del viaje nos fuimos acordando cada dos por tres de nuestro amigo Australiano.
Muy buenas imágenes, pero lo que me mata de la risa es el comentario de «estaba fresquita hasta para uno de Bilbao» jajaja.
Enhorabuena Javier. Qué experiencia en Islandia, qué fotos has hecho y qué envidia me das.
Sigue por favor dándonos envidia con más entradas en el blog con fotos de tu estancia en Islandia.
De las tres entradas ésta es la que más me gusta, sin menospreciar las anteriores.
Todas las fotos, menos esa en la que aparece un «manchón» descalzo, me parecen muy buenas. La primera de las de detalle y los tres puntos de vista de la cascada las has clavado!!!
Magnificas imagenes sobre todo las tres de la cascada.Siguenos deleitando con esos maravillosos lugares.
Pobre australiano. Viajar desde tan lejos y, a mi parecer, disfrutar tan poco.
aunque si se fue colocando donde vosotros, se llevaría buenas fotazas!!
Me quito el sombrero por ese dominio fotográfico del «mal tiempo».
Una maravilla de lugar, no es de extrañar que os enamorara. Y tus fotos reflejan su belleza a la perfección. La primera y la tercera me resultan especialmente impresionantes. Felicidades.