Texto perteneciente a la sección «Susurros de la naturaleza» de la revista LNH
Por el extraño camino de la imperfección
Si, lo sé, el título ya por si solo se las trae, así que toca explicarlo. Hasta no hace mucho siempre buscaba la perfección en mis imágenes. Buscaba que cada elemento estuviera en su sitio y que todos ellos funcionaran de manera correcta y equilibrada.
Supongo que es el proceso natural de las cosas. Cuando consideras que algo es lo adecuado intentas alcanzarlo por todos los medios. En fotografía nos sucede esto constantemente. Esto se da sobre todo en la fotografía de paisaje. El mejor sitio, el mejor encuadre, la mejor luz… incluso un procesado detallado y trabajado. Todo con el fin de buscar la perfección. Muchas veces se ven imágenes de un gran virtuosismo. Fotógrafos que han conseguido domar la luz, en unos casos por medio de filtros y tapados, y en otros a través de blendings y demás procesos.
Sea cual sea el camino nos encontramos con imágenes impactantes y de gran belleza. Resultado del buen hacer del fotógrafo usando tanto su cámara y ordenador, así como de los procesos de composición en los que se basan la mayoría de las artes visuales.
Este es el proceso, hasta cierto punto habitual que siguen casi todos los fotógrafos, y que da como resultado un montón de imágenes que bien podrían ser de un autor, o de otros mil.
En muchas ocasiones, cuando alguien empieza a ver esta realidad, empieza a buscar como diferenciarse. Os recomiendo la obra de Fernando Puché donde trata este tema. En algunos casos el artista busca un nuevo método de procesado que singulariza su obra (por lo menos hasta que ves como otros mil realizan el mismo proceso). En otras ocasiones el fotógrafo, cansado de hacer los mismos paisajes, decide concentrar sus esfuerzos en otro campo. Pero, ¿que consigue con ello? Si en vez de hacer un paisaje hacemos una abstracción pero mantenemos la misma idea de buscar esa supuesta perfección estaremos en el mismo camino que antes y todos los que se enfrenten a ese nuevo “campo” acabarán haciendo fotografías similares.
El mayor reto, por lo menos en mi caso, es buscar conseguir algo diferente pero sin apoyarse en ninguna de estas variantes. Sin duda la cosa se complica. Poniendo como ejemplo la fotografía de paisaje, ¿como consigues un trabajo identificable sin dejar de hacer paisaje o sin apoyarte en procesados distintos o agresivos?
Mi opción, mi camino está siendo apoyarme en la imperfección. No se trata de equivocarse sin más, se trata de una vez que tienes todas las piezas en su sitio decidir como desencajando ligeramente alguna de ellas podemos hacer que nuestra imagen despierte el interés del que la contempla.
Son cosas ligeras, sutiles, en ocasiones las muestro y nadie valora nada fuera de lo común. En otras les gusta y les atrae pero no saben decir el porqué. Y en algún caso excepcional alguien me ha comentado y preguntado el porqué de ese hecho puntual dentro de la imagen.
Desde luego no es algo fijo o definitivo. Más bien se trata de una deriva más en este aprendizaje sin fin que es la fotografía